El pasado 8 de noviembre se inauguró la Innovation Tower, la primera de las dos torres diseñadas por
El diseño de Norra Tornen, que redibuja el skyline del centro de Estocolmo, es la expresión de un sistema modular de elementos prefabricados de hormigón sin tratar. Combinados, forman una composición de bloques proyectados y terrazas retranqueadas en una aparente acumulación desordenada que evoca la arquitectura brutalista. La referencia a este estilo está plenamente justificada: de acuerdo con el crítico de arquitectura Reyner Banham, el térmico “arquitectura brutalista” fue inventado por el sueco Hans Asplund, hijo de Gunnar Asplund, al referirse al trabajo de sus colegas de estudio en una carta a unos arquitectos británicos conocidos. Así que el diseño de OMA/Reinier de Graaf, por así decirlo, juega en casa.
La Innovation Tower comprende 182 unidades que van de los 44 metros cuadrados de los apartamentos con un dormitorio a los 271 metros cuadrados del ático de la última planta. Una sala de cine, un comedor para celebraciones, un gimnasio con sauna y una zona de relajación completan los equipamientos sociales del complejo. Con una altura de 125 metros, la torre es la más alta del centro de Estocolmo. La Helix Tower, que completará el proyecto Norra Tornen, comprenderá 138 unidades y se terminará previsiblemente a finales de 2019.
En un centro de Estocolmo cuyo parque de viviendas se construyó mayoritariamente tras la Segunda Guerra Mundial, las dos torres introducen un nuevo modo habitacional que incrementa la densidad a la vez que permite a sus habitantes disfrutar del espacio exterior. No en balde Estocolmo se sitúa como la cuarta ciudad de la Unión Europea con mejor calidad del aire.
Según Reinier de Graaf, el proyecto Norra Tornen representa un hito en la obra de OMA: la culminación de un esfuerzo continuo por crear una nueva generación de viviendas, basada en la mayor variedad de tipologías posible a partir de un número limitado de elementos prefabricados. “De este modo, el formalismo habitual de una torre de apartamentos da paso a la personalización, a la domesticidad… y quizá incluso al humanismo”, concluye.