Imagen: foto-1.jpg

Como buen tejedor, seguro que tienes algún proyecto que un buen
día empezaste y que, sin saber cómo ni por qué, acabaste dejando en un segundo
plano para empezar otras cosas que te apetecía más tejer. Con el paso del
tiempo ese proyecto sabes que nunca lo acabarás pero te encanta el material con
el que tejiste y… te encantaría reutilizarlo. Seguro que has probado a tejer
otra cosa con él, pero el tejido no está quedando como cuando quitaste la
etiqueta al ovillo. En este paso a paso te vamos a enseñar a reutilizar esos
ovillos que ya tejiste una vez.

Imagen: foto-2.jpg

Para este tutorial vamos a utilizar una muestra que ya teníamos
tejida y bloqueada con nuestro algodón Pima. Si en
vez de algodón, tu material es lana, no te preocupes, el proceso que te vamos a
enseñar aquí es exactamente el mismo. También necesitarás un recipiente para
poder mojar el material y un poco de algodón (u otra fibra) de otro color que
sea más claro que el tejido que vas a deshacer (blanco o crudo sería lo ideal),
así evitarás que haya transferencia de color y se manche el material.

Imagen: foto-3.jpg

Lo primero que vamos a hacer es
deshacer el tejido que ya teníamos hecho.

Imagen: foto-4.jpg

Al mismo tiempo que vas
deshaciendo ve haciendo un ovillo para que el material no se enrede.

Imagen: foto-5.jpg

Cuando tengas todos los ovillos
hechos, es el momento de convertir éstos en madeja. Para hacerlas te puedes
ayudar de un libro, si el ovillo es pequeño, o del respaldo de una silla, si
tienes ovillos más grandes. Si dispones de una devanadora también puedes
utilizarla para este paso.

Imagen: foto-6.jpg

Una vez que tenemos la madeja,
identifica los extremos de la misma.

Imagen: foto-7.jpg

Los extremos se colocan como ves
en la imagen superior, siguiendo la dirección natural de los mismos dentro de
la madeja.

Imagen: foto-8.jpg

Ahora vamos a asegurarnos de que
la madeja no se deshaga durante el proceso. Corta unas hebras del ovillo que
tienes de otro color más claro y anuda éstas alrededor de la madeja. Pon una de
ellas en el cruce de los extremos para que después, cuando la pongas a remojo,
no se enreden y puedas trabajar de una forma cómoda.

Imagen: foto-9.jpg

Sumerge la madeja por completo en
agua a temperatura ambiente. empújala poco a poco hacia abajo para que se
sumerja por completo y la parte de arriba también se moje. Recuerda que si el
agua está caliente tu material tenderá a encogerse y, en el caso de la lana, a
afieltrarse.

Imagen: foto-10.jpg

Al mismo tiempo que vas mojando
la madeja, ve también estirándola, para que el rizo se vaya deshaciendo.

Deja la madeja en remojo durante,
al menos, media hora.

Imagen: foto-11.jpg

Cuando tu madeja esté lista,
sácala del agua y escurre ésta sin retorcer.

Imagen: foto-12.jpg

Para retirar el exceso de agua
envuelve la madeja en una toalla y presiona suavemente, sin frotar. Repite este
proceso tantas veces como sea necesario hasta que notes que tu madeja está
húmeda y no chorrea agua.

Imagen: foto-13.jpg

Pon la madeja en una percha y
deja secar en un lugar en el que no le dé el sol directamente.

Imagen: foto-14.jpg

Una vez que tengas la madeja
seca, retira las hebras que has utilizado para atarla y evitar que se
deshiciera o se enredara durante todo el proceso.

Imagen: foto-15.jpg

Ahora vuelve a hacer un ovillo,
sin apretar demasiado, para que la lana no se marque ni se estire.

Ya estás listo para empezar un
nuevo proyecto con el material como si hubieras quitado en ese momento la
etiqueta.

Esperamos que te resulte útil
este paso a paso y que lo emplees para dar una nueva forma a esos ovillos que
tienes tejidos y en stand by. No te olvides de compartirnos tus nuevos
proyectos en redes sociales con el hashtag #weareknitters ¡Siempre es un
placer!

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